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domingo, febrero 23, 2014

Cinco tips para leer la Biblia

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Preguntad por las sendas antiguas, cual sea el buen camino…Jeremías 6:16c

¿A cuáles sendas antiguas se refiere Dios, por qué y para qué?, ¿Dónde encontrarlas?
Se tiende a pensar que las sendas antiguas se encuentran sólo en el Antiguo Testamento, quizá por lo de “antiguo”, pero este Canon se hace incompleto cuando no se estudia paralela y complementariamente con el Nuevo Testamento, esto con el fin de encontrar las respuestas, o mejor dicho, la explicación perfecta de su revelación y la justificación de todo lo que el primero contiene.

Imagine a un interesado lector que sólo posee el Antiguo Testamento (esto es, carece del Nuevo Testamento) que abre el libro del Génesis y leyendo versículo por versículo se encuentra en el Capítulo 3 con que Dios “promete algo” que ha de venir. Continúa leyendo y encuentra una repetición ampliada de ello en los Capítulos 7 – 17 – 22 y 49. Sigue leyendo y encuentra la misma “promesa” en cada libro; al fin lee en Isaías y más adelante ve que aparece en gran cantidad de profecías. Pero, aún llega al final de Malaquías y “la promesa” no se ha realizado todavía. Este lector se ha dado cuenta clara que el Antiguo Testamento es un libro de profecías no cumplidas aún.

Luego, leyendo otra vez desde el principio, se da cuenta de algo raro en Génesis 4: “sacrificio”, ¿qué es lo que puede significar la ofrenda de la vida de un animal? Se percata de esto nuevamente en los Capítulos 9 - 12 y 22; Todavía está más claro en el Éxodo, hasta que en Levítico hay toda una organización para los sacrificios, ofrendas, ritos y ceremonias. Los ve mencionados una  y otra vez, con muy pocas explicaciones respecto a su significado real, hasta que una vez más, llega a Malaquías 4, sin tener luz acerca de lo que está leyendo. Ahora se da cuenta que el Antiguo Testamento es también un libro de ceremonias no explicadas.

De nuevo el interesado lector vuelve al Génesis y no tarda mucho en ver que hay otro gran hecho: la expresión del “deseo por Dios” que tiene el hombre, donde también se expresa una necesidad de satisfacción. Lee esto en los Capítulos 4 -5 - 15 -  28 y 49, y luego en el resto de los libros, pero sobre todo, en Job, Salmos y los profetas. De vez en cuando el corazón del hombre clama al Dios vivo, y pide bendiciones que Dios ha prometido. Pero, aunque hay algo de satisfacción, no es tan grande, no es perfecta; el corazón sigue anhelando y el alma sigue deseando, hasta que cierra la lectura en Malaquías 4, sin que haya habido una realización completa, y este lector, cada vez más interesado se da cuenta de que hay otro hecho, y es que el Antiguo Testamento es un libro de anhelos insatisfechos.

Estos son los tres hilos que corren a lo largo del Antiguo Testamento, haciendo de él, en sí, un libro incompleto, como se afirmó al comienzo. Debe ser estudiado desde este punto de vista y con esta perspectiva, si se ha de entender de modo apropiado. Sólo así puede apreciarse que es el fundamento del Nuevo Testamento y la preparación necesaria para todo lo que hay en este último Canon.

Imagine al mismo interesado lector quien ahora recibe el Nuevo Testamento. Cuando empieza a leerlo no tardará en encontrar la respuesta a las mismas cosas que no había podido encontrar en el Antiguo. De inmediato se leerá en Mateo 4:14 “Para que se cumpliese…”, y pronto se da cuenta que:
Jesús El Profeta cumple (en su vida) las profecías.
Jesús El Sacerdote explica (en su muerte) las ceremonias.
Jesús El Rey satisface (en su resurrección) los anhelos del hombre.

"Jesús profeta, sacerdote y rey” es pues, la clave del misterio, la explicación del Antiguo Testamento y la manifestación del Nuevo y por ende, a criterio de este autor: JESÚS es la representación y la significación de las sendas antiguas, el buen camino.
Sin duda alguna, leer la Biblia puede ser una tarea intimidante por su extenso contenido o complejidad. No obstante, en el cristiano, esta práctica es el diario vivir. Consideremos estos pasos para facilitar su lectura, eso sí, siempre a partir de hacer una oración a Dios buscando su dirección.

1. Escoger una buena versión

Hoy existen  muchas versiones de la Biblia gracias a organizaciones que se han dedicado a publicar y a republicar Las Escrituras. Es importante escoger una versión que pueda entender bien y que ayude a darle sentido de lo que lee.

2. Familiarizarse con el texto

La Biblia es una colección de libros y cada uno de estos libros tiene un propósito. Algunos son libros de historia otros, como los Salmos, son oraciones y alabanzas. Otros dan testimonios de Jesús y sus enseñanzas. A través de estos libros Dios nos habla de distintas formas.
Antes de empezar la lectura Bíblica toma uno o dos minutos para relacionarte un poco con el pasaje que vas a leer. Hazte preguntas como: ¿Quién escribió este libro? ¿A quién está dirigido este pasaje?

3. Leer el texto cuidadosamente

Concéntrese en leer el texto completo la primera vez. Es recomendado que se vuelva a leer el texto más despacio, tomando notas preferiblemente. Lo importante es que se tome tiempo para la lectura, dedicando un tiempo sin interrupciones y distracciones.

4. Reflexione en lo que ha leído

Después de leer el pasaje pregúntese: ¿Cuál fue el mensaje principal de este pasaje? ¿Por qué quiso Dios que se escribiera esto? ¿Qué me quiere decir Dios a mí con este pasaje? ¿Cómo puedo adaptar esto a mi vida?

5. Ore y aplique lo que acaba de aprender


Al final de su lectura ore nuevamente a Dios, procurando aplicar las enseñanzas que acaba de leer. Si hay algo que todavía no entiende o le causa confusión, pídale sabiduría y entendimiento a Dios. Continúe leyendo el pasaje, meditando en ello durante la semana y si puede, converse con un amigo, Pastor, Consejero o Educador Cristiano.

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